“Bendito sea Dios y los hombres buenos”. No había otra forma de empezar esta chicotá que con las palabras hondas y profundas del maestro, que huelen a liviano roce de adoquín y zapatilla. No vengo aquí a describir un hecho sino un sueño, porque cuando estás tú; morena de luz en la sombra, carita arropada por suspiros de rosas, los compases son fugaces y es caer en la transgresión el afirmar haberte visto, pues no se te vislumbra; sino que se te siente y se te sueña como una noche de primavera sueña tu desdicha marinera…
No vengo aquí a hablar tampoco de ti, pues perdóname Señora; pero aun mi tez es joven e inmadura para describir la miel de tus labios, ni mucho menos la flor que es en realidad tu boca, perdóname Señora la osadía de no hablar, por mucho que me cueste, del carmín de tus mejillas, ni mucho menos me atreviera yo a nombrarte como Pura y Limpia…
Hoy vengo aquí a hablar de esos “Benditos hombres buenos”, recuerdo vuestras miradas cimbreantes y melancólicas en la trasera de vuestro palio y aun se me encoje el corazón, un corazón de amarguras al compás nostálgico del valle, pero un corazón en el que pasan sobre todos los campanilleros, que bonito fue pasear con ustedes a la Madre de Dios, que bonito… que bonito fue saber que aun quedaban hombres con arrugas en sus caras que sentían más que pensaban debajo de los pasos, que bonito fue sentir el sabor de Hermanos Costaleros con el que coronabais de estrellas a la virgen que lleváis en vuestras carteras a modo de estampa, que bonito fue…que bonito es ser Hermano Costalero debajo de una cofradía, que bonito... aquí me siento obligado a coger la palabras del pregonero pues “una cuadrilla te sobra y te basta..” y te sobra y te basta para llevarte al cielo, pero no a un cielo vano y hablado desde una garganta con pocos años a las espaldas enfajadas, sino un ¡Al Cielo! Que sale de las tripas de un marinero confeso y repleto de Bonanza. Déjame dedicarte esto Hermano Costalero:
“… Años y Años de cruceros
Corazones en bonanza
Que en vuestras almas marineros
Si que navega la Esperanza.”
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